Hoy, de nuevo, hace un día maravilloso en Alicante: las flores siguen estando fuera, se puede ir en manga corta y el sol te calienta de una manera exquisita. Y con estos días me vienen recuerdos de hace dos primaveras, cuando fui a Pirineos porque sí, aunque estamos en pleno invierno, hoy me recuerda todo a la primavera.
¿Que bien se recuerdan los momentos buenos, verdad? Yo tengo un recuerdo muy bueno del viaje que he nombrado antes: flores por todos lados, caminar por la montaña y sentir la pureza de la naturaleza...mmm que limpieza de alma. Y es que necesito escaparme al menos una vez al año de esta ciudad contaminada de demasiados ruidos y personas ¿Y la monotonía? Sí, también se necesita escapar de ella más que de otra cosa y con los viajes, se puede escapar.
Recomiendo a todas las personas del mundo, gracias a este recuerdo que me ronda la cabeza hace una semana, que se ha de viajar y cambiar de costumbres. Los viajes, y más cuando se va a un sitio caracterizado por la paz, son sitios perfectos para olvidarse de todo o pensar en lo que realmente se necesita.
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