domingo, 18 de agosto de 2013

Y como un ángel de alas blancas, ella no podía evitar ayudar a los que la vida les había dado una patada y les habían arrancado el corazón. Le brillaban los ojos como el agua del mar brilla cuando hace un día verdaderamente catastrófico, catastrófico como las canciones de Florence+The Machine; brillaban como cuando la luz no es capaz de salir de detrás de las espesas nubes formadas por la evaporación después de un día lluvioso. Andaba descalza por las tristes calles de la ciudad, por las sucias aceras que, le hacían creer que así tenía mas contacto con la naturaleza y la tierra. Se asomaba por cada ventana para poder sentir el vértigo que se siente cuando se vive en las nubes más altas. Le gustaba sentarse a observar en los lugares más altos, mirándolo todo con el punto de vista del que jamás ha visto nada cruel en la vida o del que está harto del rápido ritmo que inunda los días de las personas.

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