A menudo se habla de la soledad como un estado tragicamente triste que no deseamos a nadie. Yo, en cambio, creo que en ocasiones es muy necesaria. Gracias a ella podemos pensar por nosotros mismos, con claridad, encontrándonos a nosotros mismos. No digo que sea buena sino que, a veces, es necesaria. Tras la compañía nos escondemos de nosotros mismos y de nuestros problemas: "Estoy mal, pues ¡Voy a salir de fiesta y así me olvido!"
NO. Olvidarse de las cosas no es una buena decisión. Al final, tarde o temprano, las cosas acaban saliendo a la luz, afectándonos por lo tanto también, tarde o temprano.
"Me he preguntado con frecuencia si la soledad exaspera la sensibilidad o si se escoge la soledad porque se está exasperado por la sensibilidad".
Susana Tamaro




0 comentarios:
Publicar un comentario